Para comenzar esta nueva etapa en mi vida académica, voy a relatar una pequeña historia (como es mi costumbre).
Era un día abúlico en la sala del primero medio, realmente no pasaba nada, yo sentado en mi pupitre revisando el libro de clases mientras los alumnos preparaban una disertación para la semana próxima. El tiempo avanzaba a cuenta gotas, y yo me paseaba como León enjaulado, mi única motivación era que sonara pronto el timbre y que terminara la clase. Hasta le preguntaba a los alumnos si tenían dudas sobre los contenidos, y para mi decepción ellos siempre contestaban que no. Pero justo en esos momentos en los cuales uno piensa que no hay más salida y sólo queda la resignación, me acerqué al banco de dos alumnas para fiscalizar su trabajo y la conversación adquirió ribetes inesperados, ellas me hicieron algunas preguntas sobre mi persona que en estos momentos no recuerdo y de pronto se pusieron a hablar de sus aspiraciones vocacionales y uno de ellas me dijo que quería ser TROLL MODEL. - ¿Troll Model?-Pregunté sorprendido, -Si profesor y con los pelos parados y con la cara arrugada como esos lindos ogritos- dijo Samantha con su rostro pícaro. Su compañera de banco llamada Andrea, me explicó que todas las CHUKY-LLAS del primero medio tenían ese tipo de apodo, apuntó a una jovencita algo rellena y me dijo que ella era la MU-CHANCHA, y que la Constanza con su piel morena era la LINDIA, la Macarena con sus silencios prologados y su afición al trabajo era la LIN-DINGENA y que ella era la más HER-MOSTRUA. Andrea la her-mostrua del curso me confidenció al menos unos seis adjetivos calificativos de esa calaña como BELLESTIA Y PRIN-CERDA, los suficientes para confirmar esa vaga esperanza, que con los jóvenes no todo está perdido.
Era un día abúlico en la sala del primero medio, realmente no pasaba nada, yo sentado en mi pupitre revisando el libro de clases mientras los alumnos preparaban una disertación para la semana próxima. El tiempo avanzaba a cuenta gotas, y yo me paseaba como León enjaulado, mi única motivación era que sonara pronto el timbre y que terminara la clase. Hasta le preguntaba a los alumnos si tenían dudas sobre los contenidos, y para mi decepción ellos siempre contestaban que no. Pero justo en esos momentos en los cuales uno piensa que no hay más salida y sólo queda la resignación, me acerqué al banco de dos alumnas para fiscalizar su trabajo y la conversación adquirió ribetes inesperados, ellas me hicieron algunas preguntas sobre mi persona que en estos momentos no recuerdo y de pronto se pusieron a hablar de sus aspiraciones vocacionales y uno de ellas me dijo que quería ser TROLL MODEL. - ¿Troll Model?-Pregunté sorprendido, -Si profesor y con los pelos parados y con la cara arrugada como esos lindos ogritos- dijo Samantha con su rostro pícaro. Su compañera de banco llamada Andrea, me explicó que todas las CHUKY-LLAS del primero medio tenían ese tipo de apodo, apuntó a una jovencita algo rellena y me dijo que ella era la MU-CHANCHA, y que la Constanza con su piel morena era la LINDIA, la Macarena con sus silencios prologados y su afición al trabajo era la LIN-DINGENA y que ella era la más HER-MOSTRUA. Andrea la her-mostrua del curso me confidenció al menos unos seis adjetivos calificativos de esa calaña como BELLESTIA Y PRIN-CERDA, los suficientes para confirmar esa vaga esperanza, que con los jóvenes no todo está perdido.