Creo que una de las cosas más difíciles de la docencia es ser profesor jefe. Aquí los problemas se multiplican por tres o por cuatro, porque uno no sólo es el guía en aula de una asignatura especifica, si no que el docente se transforma en el responsable de un grupo de adolescentes que necesitan a gritos una dirección y principalmente respuestas a todas sus inquietudes en su pequeño mundo que está en constante cambio.
Frente a estos desafíos impuestos o auto-impuestos, sin querer nos toca adoptar la figura paterna del curso, un rol que sinceramente no nos corresponde, podemos ser un líder de opinión, un referente y guía, pero nunca reemplazaremos el rol de los padres. Esta incomoda situación genera una serie de problemas, pues tanto los apoderados como los alumnos desean que asumamos aquella posición y deseos que se manifiesta en los ámbitos administrativos del curso, en el aspecto moral, ético y académico, simplemente ellos quieren que realizamos todas las actividades competentes al curso que asumamos una careta servil y abnegada, allanándole el camino y servir su educación en bandeja.
Qué nos hace tan especiales para asumir este rol (Paterno) que la comunidad educativa nos busca imponer. Por que un gran porcentajes de los padres no quieren hacerse cargo de sus hijos, tenemos la culpa de sus responsabilidades, compromisos, miserias y desencuentro familiares.
Me pregunto:
Cómo podemos asimilar la carga histórica de cada niño, ¿tenemos tiempo para conocerlos?, ¿Queremos conocerlos?, ¿Debemos conocerlos?. Es parte de nuestro desempeño académico.
Qué hace el gobierno y los sostenedores para entregar una educación más humana y principalmente que hacen los padres para obtener una formación integral en sus hijos.
Creo fervientemente que la única forma que la educación mejore, es que los profesores se encuentren contentos en sus trabajos, estos cambios inevitablemente pasan por una mejorar en las condiciones laborales, sueldos dignos de un profesional universitario, además de contar con materiales y pedagógicos.
Quizás el cambio más radical en educación sería que se contemplaran horas para las planificaciones diarias y semanales, pero con una retribución económica, ósea que el docente pase el mismo tiempo planificando sus clases como en el aula.
Según estos postulado, para que funcione una reforma educativa debe contar con este aspecto, puntos que sinceramente han sido desechado por legisladores y ejecutivos del gobierno.
De esta manera no sería una tortura, adaptarse a los cambios propuestos, pues las condiciones serían dignas y humanas, propicias para un trabajo movido por la racionalidad y la pasión por educar. Además de esta forma los profesores podrían desarrollar nuevas estrategias pedagógicas y estarían en un constante estado de motivación. Pues según mi visión muchas veces se abusa de las responsabilidades del docente, cayendo en un verdadero menosprecio. ¿Cómo cumplir si quieren que seamos administrativos, padres putativos, sicólogos, orientadores, académicos de excelencia? Si recibimos sueldo de obreros y jornadas exhaustiva.
En el fondo los profesores no son mártires y no han elegido un apostolado. Con esta reflexión sólo busco armar camorra y debate. Es un simple paso que busca mejorar nuestro oficio.
Frente a estos desafíos impuestos o auto-impuestos, sin querer nos toca adoptar la figura paterna del curso, un rol que sinceramente no nos corresponde, podemos ser un líder de opinión, un referente y guía, pero nunca reemplazaremos el rol de los padres. Esta incomoda situación genera una serie de problemas, pues tanto los apoderados como los alumnos desean que asumamos aquella posición y deseos que se manifiesta en los ámbitos administrativos del curso, en el aspecto moral, ético y académico, simplemente ellos quieren que realizamos todas las actividades competentes al curso que asumamos una careta servil y abnegada, allanándole el camino y servir su educación en bandeja.
Qué nos hace tan especiales para asumir este rol (Paterno) que la comunidad educativa nos busca imponer. Por que un gran porcentajes de los padres no quieren hacerse cargo de sus hijos, tenemos la culpa de sus responsabilidades, compromisos, miserias y desencuentro familiares.
Me pregunto:
Cómo podemos asimilar la carga histórica de cada niño, ¿tenemos tiempo para conocerlos?, ¿Queremos conocerlos?, ¿Debemos conocerlos?. Es parte de nuestro desempeño académico.
Qué hace el gobierno y los sostenedores para entregar una educación más humana y principalmente que hacen los padres para obtener una formación integral en sus hijos.
Creo fervientemente que la única forma que la educación mejore, es que los profesores se encuentren contentos en sus trabajos, estos cambios inevitablemente pasan por una mejorar en las condiciones laborales, sueldos dignos de un profesional universitario, además de contar con materiales y pedagógicos.
Quizás el cambio más radical en educación sería que se contemplaran horas para las planificaciones diarias y semanales, pero con una retribución económica, ósea que el docente pase el mismo tiempo planificando sus clases como en el aula.
Según estos postulado, para que funcione una reforma educativa debe contar con este aspecto, puntos que sinceramente han sido desechado por legisladores y ejecutivos del gobierno.
De esta manera no sería una tortura, adaptarse a los cambios propuestos, pues las condiciones serían dignas y humanas, propicias para un trabajo movido por la racionalidad y la pasión por educar. Además de esta forma los profesores podrían desarrollar nuevas estrategias pedagógicas y estarían en un constante estado de motivación. Pues según mi visión muchas veces se abusa de las responsabilidades del docente, cayendo en un verdadero menosprecio. ¿Cómo cumplir si quieren que seamos administrativos, padres putativos, sicólogos, orientadores, académicos de excelencia? Si recibimos sueldo de obreros y jornadas exhaustiva.
En el fondo los profesores no son mártires y no han elegido un apostolado. Con esta reflexión sólo busco armar camorra y debate. Es un simple paso que busca mejorar nuestro oficio.